viernes, 22 de agosto de 2014

Galletas de miel - Honey Biscuits

Estas 'honey biscuits' son las galletas que más han pasado por mi horno desde 2009, cuando compré en Londres un librillo de recetas por cuatro libras que me ha sacado de más de un apuro en lo que a postres se refiere.

A mi madre le encantan. Dice que son adictivas aunque me temo que esto sea porque son dulcisísimas y no del todo saludables. Pero, ¿quién no se merece un caprichillo de vez en cuando? Yo hoy me he merecido, por lo menos, tres. 

Ingredientes (para unas 20 galletas tamaño té):

100 gr. de mantequilla derretida
6 cucharadas de miel suave
50 gr. de azúcar moreno
1 cucharadita de bicarbonato sódico
1 yema de huevo
150 gr. de harina
La puntita de una cucharilla de canela (aunque he de reconocer que, con lo que me gusta a mí la canela, mis puntitas más bien son puntazas)
75 gr. de chocolate negro
75 gr. de chocolate blanco

¿Cómo se hace?

Calienta, lo primero, el horno a 190ºC porque esto se prepara rapidisímo

En un cuenco, mezcla la mantequilla derretida, con la miel, el azúcar, el bicarbonato y la yema de huevo. Luego, ve añadiendo poco a poco la harina y no dejes de remover hasta que te quede una masa suave y cremosa. Ya está hecho.

Cubre el fondo de la bandeja de tu horno con papel de aluminio y ve echando cucharaditas de la masa. No pongas los pegotes muy juntos ya que estas galletas se expanden que da gusto. Cuando hayas acabado con toda la masa, mete la  bandeja al horno durante unos 7 minutos, hasta que estén doraditas. Con este tiempo, a mí se me suelen quedar blanditas por dentro y como con una fina costra crujiente que está de muerte. Pero, como siempre digo, cada horno es un misterio.

Tras hornear las galletas, deja la bandeja a temperatura ambiente por unos minutos para que las galletas se enfríen un poquillo y así no se rompan cuando las manipulemos. Luego ya las podemos sacar a una rejilla para que terminen de enfriarse.

En el microondas, derretimos el chocolate blanco. El truco de que no se queme es: 1. No poner el micro a tope de power  2. Calentar durante unos 20 segundos y dar vueltas al chocolate. Otros diez segundos en el micro y volver a dar vueltas y 3. Con un par de veces, veremos que al dar vueltas el chocolate se va derritiendo gracias al propio calor que ha cogido el bol; así que sigue dando vueltas hasta que se derrita del todo. 

Con nuestro mejunje, untaremos la mitad de una de las caras de todas nuestras galletas. Dejamos endurecer en la nevera.

Cogemos el chocolate negro, lo derretimos del mismo modo y ahora untaremos la otra mitad de la otra cara de las galletas de manera que cada parte tenga un chocolate distinto. Volvemos a dejar enfriar y ya están listas para comer.

No son muy veraniegas que digamos porque, con todo el chocolate, nos podemos poner como un cristo; pero es que hoy, cuando me he despertado, pensaba que me había teletransportado a Galicia en noviembre ¡Menudo día nublado! ¡Qué mes de agosto estamos teniendo!

*Mis cucharaditas a la hora de repartir la masa son cucharadas soperas en realidad. Salen galletas bastante grandotas y me hace mucha gracia (¡qué afán por la comida, leche!) aunque quedan más monas si son de un tamaño más manejable tipo galleta de té de toda la vida.
*En la receta original, estas galletas se hacen con sirope de arce. Quedan requetebuenísimas; pero PROBLEMA: no en todos los venden sirope de arce y, donde lo encuentras, suele tener unos precios poco apetecibles. 
*¿No eres muy de chocolate? Entonces, cuando tengas la masa repartida en la bandeja y antes de meter tus galletas al horno, échales un poquito de azúcar moreno por encima y chimpún.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Barquitas de calabacín rellenas de bacalao

Estamos en plena época de calabacín. Si tenéis campo, probablemente estaréis cogiendo calabacines grandes como zepelines. Si no, en cualquier verdulería los encontraréis bien lustrosos.

En cualquier caso, esta receta queda súper aparente y se hace más o menos rápido.
Ingredientes (para comer dos personas o picar cuatro):
1 calabacín tipo zepelín (y si son pequeñicos, dos)
Media cebolla
4 ajetes tiernos
300-400 gr. de bacalao seco desalado
1 cucharada de harina
Una chorradita de vino blanco (si lo echas en un vaso, un dedo más o menos)
Queso para gratinar
Aceite, pimienta y sal

¿Cómo se hace?

Lavamos el calabacín y lo partimos por la mitad en horizontal y, luego, en vertical. Nos tienen que quedar como una especie de barcas de calabacín.

Los vaciamos con una cucharilla y guardamos la carne del calabacín ya que la usaremos en el relleno. En una olla, ponemos a hervir durante unos 7 minutos nuestras barcas de calabacín. Cuando estén tiernas, las sacamos de la olla y las pasamos por agua fría para que dejen de cocerse. Reservamos en la fuente que vayamos a usar para el horno.

Para hacer el relleno, comenzaremos picando la cebolla y los ajetes bastante finos. Los pochamos en una sartén con un poquito de aceite. Cuando la cebolla esté transparente, añadiremos la carne de calabacín y dejaremos que se rehogue todo bien durante 4 o 5 minutines más. Mientras tanto, quitamos la piel al bacalao y lo deshacemos con los dedos -así, si hay alguna espina, la notaremos enseguida- y, también, lo echamos a la sartén. Nuestra mezcla se tendrá que cocinar unos minutos más.

Seguidamente, será hora de hacer una especie de bechamel: en la misma sartén donde está el bacalao con las verduras, dejaremos libre una esquinita para echar la cucharada de harina y cocinarla un poco para que pierda el sabor a crudo. Luego mezclamos bien con el resto de ingredientes y vertemos nuestro dedito de vino. ¡Hala! Ahora a esperar a que se consuma durante 3 o 4 minutos para que se evapore el alcohol. Ya solo faltará rectificar de sal y añadir un poquito de pimienta y dejar enfriar la masa en un plato hondo.

Para montarlo, solo hay que salar las "barquitas" de calabacín y echarles una chorradita fina de aceite. Luego, con una cuchara, vamos vertiendo la masa del relleno hasta cubrir el hueco. Por encima, pondremos una buena capa de virutas de queso. Tendrán que estar en el horno, a 200º, unos 5 minutos; vamos, hasta que se gratine el queso.

¡Chimpún!
* Y diréis: "Pero qué pinta más rara tiene ese gratinado, ¿no?" Normal, eché un Pecorino que me empeñé en comprar el otro día pero que, obviamente, no es de los más recomendados para meter al horno...
* Podéis preparar la masa del relleno por adelantado. Yo eso hice. Lo único que cambié fue que puse el horno un poquito más suave durante unos minutos para que los calabacines estuvieran calentitos a la hora de comerlos. Luego, ya, 200º y a gratinar.